A) Fase de diseño y Proyecto.
El dimensionado de las soluciones constructivas debe implicar la aplicación de un coeficiente de seguridad respecto a las exigencias establecidas.
Hay que tener en cuenta que los aislamientos estimados teóricamente u obtenidos de ensayos de laboratorio se reden en la práctica por varios factores (puentes acústicos, perforaciones, rozas, empotramientos, defectos constructivos).
En esta fase, es importante la localización de las zonas de instalaciones (por ejemplo, caja de ascensores, conductos de extracción).
También, se deben tener en cuenta la distribución de mecanismos y cajas eléctricas en muros de separación de usuarios distintos ó medianerías, y recurrir a sistemas ramificados de distribución de tuberías y conductos.
B) Elección de los materiales y sistemas constructivos.
Siempre que se pueda deben emplearse soluciones con certificación acústica de ensayos serios.
C) Ejecución en obra.
En el campo acústico, una buena y vigilada ejecución se convierte en un factor determinante para el cumplimiento de las exigencias.
La mano de obra deberá estar más preparada y especializada, así como los capataces, jefes de obra, encargados y aparejadores. Será labor del arquitecto comprobar esto, con una dedicación de tiempo extra en la dirección facultativa de obra.
La Asociación de Organismos de Control Técnico Independientes revela en un estudio reciente las causas de los fallos más comunes en la construcción : entre un 40 y 50% de los casos al Proyecto; del 25 al 35% se deben a la ejecución de la obra; entre 10 y 15% a materiales empleados defectuosos; y de forma minoritaria, del 5% al 10% restante, al uso y mantenimiento que se hace por el usuario final.
Hay que insistir en el seguimiento adecuado en la ejecución de las soluciones acústicas, por lo que se recomienda una práctica (común en otros países), que es la ejecución previa del piso piloto (no solo por cuestiones comerciales), en el que se aplican las soluciones diseñadas, cumpliendo las consideraciones del Pliego de Condiciones (documento que cobra vital importancia).
Es importante matizar que, aunque la introducción de nuevos materiales y la mayor dedicación del arquitecto en el proceso pueda suponer cierto incremento en los costes de ejecución, éstos resultarán muy inferiores a los que ocasionaría la necesidad de adoptar medidas correctoras posteriores, para la subsanación de las deficiencias acústicas detectadas, sin contar los perjuicios que originarían tanto al promotor como al usuario final.
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